El día con las olas más grandes en la historia del evento deja más de 15 espectadores heridos cuando una ola los arrasó en la orilla

Cuando la marea baja, las olas están nucleares allá fuera. El oleaje de 20 pies , con algunas series de más de 25 pies en lo que ha sido el evento de surf con las olas más grandes en la historia del mismo. En las semifinales momentos de gloria para Grant 'Twiggy' Baker con una bajada en el aire en una bomba de ola. Sin embargo, fue incapaz de conseguirlo.

Grant 'Twiggy' Baker
Anthony Tashnick con dos monstruos de olas en su haber. Chris Bertish impresionante con bajadas en paracaídas y un ride en uno de esos barriles de pesadilla. Shane Desmond siempre hace algo salvaje de backside en las olas más grandes y más adentro. Tashnick, Wassell, y Burle con espectaculares bajadas en varias olas monstruosas.

Carlos Burle
Con el empuje de la marea alta, una ola llega hasta la orilla y barre con la muchedumbre, que casi podría haber sido gracioso, pero esto era una pared significativa de espuma que atropelló a la gente y los arrastró sobre las rocas en la bahía.

Una gran ola llegó a la orilla, el resultado, más de 15 heridos
Ningún problema grande si es para un surfista en un traje de neopreno, pero no para una mujer de mediana edad en vaqueros y un abrigo con una mochila colgada. Ella se sentó aturdida con mucha arena y trozos del algas en su cabello. Corren a ayudarle, y estaba totalmente atontada y sangrando con cortes en su mano. Había heridas múltiples, un hombre con un tobillo roto. Quizás el único acontecimiento en el cual los espectadores se llevaron las peores heridas. Seguramente la competición de Mavs más grande realizada hasta la fecha.

Resultados
Cinco minutos después de terminar la competición, es el Sudafricano Chris Bertish quién se lleva la victoria con sus late-drops y paseos intrépidos en el estómago de la ola, y unos cuantos rail-back cutbacks para añadir algo más de mérito a su victoria. La intensidad del acontecimiento de este año hizo que fuera un espectáculo épico, con los espectadores que atestan la playa y el acantilado, siendo testigos de la energía monstruosa de las olas y de los surfistas que se atreven a montarlas.